martes, 1 de julio de 2014

La historia interminable

Solíamos quedar, un café y unas palabras, las suficientes para seguir ilusionados.
El viento dejaba de soplar y solo escuchaba los sonidos articulados de tu boca, los pensamientos convertidos en historias interesantes, sin finales trágicos, sin contrastes adivinados, la realidad en una caricia, un beso, una mirada.
Hoy divagamos sobre nada, superficialidades entrecortadas por la vergüenza y, el tiempo pasa sin acontecimientos, disfrazado de recuerdos dilatados, de suspiros sin sentido.
Se ha escrito una meta, el final de un camino que sospechábamos más largo, que intuíamos más difícil. El punto final de una historia inacabada, de una historia interminable.