viernes, 20 de febrero de 2015

Mi propia vida

La vida es redonda, redonda en sus gustos.
No consigo recordar cuando entré en la rueda de la fortuna. Quizás me apuntaron con la flecha de cupido. Casi no reconozco los primeros años. Pero ahora pensando nada fue por casualidad.

Estoy convencido que formo parte de un engranaje. Una sólida maquinaria en la que las variables no existen, con infinitas dimensiones y multitud de planos. Que me arrojaron a ella siendo una molécula, un diminuto átomo que se transforma y ocupa el espacio, y que vaga por esta espiral. Camino infinito de aventuras.
Me voy encontrando con diferentes elementos, aquellos que me hicieron persona: la supervivencia, el miedo, la amistad, el placer, la inteligencia, la duda, el amor, las arrugas, la soledad, la fortaleza, la enfermedad…
Y aunque el tiempo parezca lineal, me envuelve con brazos de acero, volumen infinito que me engloba y me enseña un juego de estrategia difícil de resolver. Un día conoceré a alguien que será crucial en mi vida. O viviré una experiencia que enlentecerá mis giros. O quizás me empeñe en un proyecto que me hará vagar a la deriva, pero siempre dentro de una órbita.
Por eso, cuando estrecho mi mano sé que no es en vano y que esa energía alterará el orden del planeta. Y si doy un beso las consecuencias podrán notarse en el extremo opuesto del mundo como un tsunami sin freno. Y si lloro, mis lágrimas a lo mejor rieguen parte de la tierra seca. Y que un sueño sea un trozo de pasado o de futuro, o quizás parte de una película que, por desgracia, algún día tendrá su fin.

Nada es por casualidad.

miércoles, 18 de febrero de 2015

Las vidas posibles de Mr. Nobody


Nunca me había pasado antes. Llevo cuatro días dándole vueltas a esta película, desde que mi hija, con muy buen criterio, me animó a que la viera con esa frase hecha de: es una de mis películas favorita. Y con la que pensé: ¿qué tendrá de especial para que sea una de sus favoritas?

No puedo calificarla de peliculón, ni siquiera me sonaba que fuera una película muy nombrada, pero la realidad es que me quedé pegada a la pantalla y el resto del mundo desapareció en esas dos horas. Pero también quizás durante varias horas posteriores y, hasta me atrevería a decir, que aún me provoca momentos de ausencia pensativa.

Las vidas posibles de Mr. Nobody es imaginación pura, con miles de detalles cuidados que hilvanan de manera meticulosa escenas que aparentemente no tienen conexión entre si. Y que te obligan a preguntarte muchas veces durante el film: ¿Esto de que va? pero va, si que va. Va saltando del pasado al futuro, de una vida a otra y, lejos de hacerte perder en el camino, te mantiene en vilo hasta el final. Un final donde, de manera muy sutil, se desvelan todos esos trozos de vida aparentemente inconexos y sin sentido.

Solo os comentaré un detalle que me pareció una genialidad, en cada vida predomina un color, es la forma de distinguirlas. No os diré más porque hay que verla.
Todavía me pregunto si en esa cantidad de vidas entrecruzadas alguna de ellas era cierta, si todas eran ciertas o si ninguna la llegó a vivir en realidad. Pero todas fueron posibles.

Me gustan las películas que me hacen pensar y que orbitan durante días por mi cabeza. Es una buena señal, os lo aseguro.

lunes, 16 de febrero de 2015

Sub-sua


Vuelvo a tenerte en frente
hace tiempo que no jugamos.
Ya no me acuerdo ni el nombre que tenían las piezas,
ni siquiera cuando me toca mover.
Es posible que terminemos la partida
y ninguno de los dos ganemos.
Tablas reñidas.
O que ganes tú y gane yo.
Quizás hasta nos riamos.
Pero, si nos llega el temido sub-sua,
sabes que la única jugada posible será no mover pieza.
Porque, juguemos lo que juguemos,
estaremos perdidos.