viernes, 12 de septiembre de 2014

Comunicado

Pido disculpas:

Cierro la gaveta unos meses.
Ahora toca escribir novela.
Gracias amigos.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Mentiroso

Quién podía imaginar que tras la sonrisa de filmoteca de ese individuo, que tras la mirada cultivada de vítores, que tras las manos llenas de gestos amplios y acogedores, que tras ese empaque de hombre legal y justo, se escondía el estafador más grande y mentiroso que jamás había conocido.
Fue una mañana de Junio, el calor aún no apretaba demasiado, hasta tenía que guardarme en el bolso una rebeca de hilo por si acaso.
No recuerdo quién nos presentó, quizás mi jefe, o aquel amigo común al que hacía años no veía, no sé. Lo cierto es que, no sólo me traspasó su mirada felina, sino su personalidad entusiasta, su extrema amabilidad, su ademán de inteligente educado.
Reconozco que era el tipo de persona del que cualquiera puede enamorarse. Reconozco que era mi tipo, o fingió ser mi tipo, ya apenas distingo la realidad de la farsa, de la mentira estudiada hasta extremos ilimitados. Porque terminé saliendo con ese hombre de ojos verdes y dedos largos, terminé locamente enamorada de ese adonis de piernas atléticas y cuerpo fibroso, terminé infringiendo mis leyes por amor, sometiendo mi vida a alguien sin escrúpulos. Porque los mentirosos no tienen escrúpulos, no se cansan de mentir, no se hartan de robar.
Me usurpó el dinero, los bienes, la autoestima, la comida, la rebeca de hilo y, para colmo, terminó convenciendo al mundo que nuestro idilio fracasó por mis continuos engaños.
Yo que no soporto las mentiras, que sucumbo por no ocultar los detalles, que me puede la sinceridad antes de callar y sufrir con vergüenza el perderme en el olvido.
La repetición insaciable de una mentira se convierte en una verdad ambiciosa y yo me cegué de ambición.
Ahora repito palabras, me pica la boca, me suda la frente, me quedo con la mirada fija, me justifico innecesariamente, trago saliva y descanso mientras huyo. Todo lo que no observé que hacía el hombre que me robó la dignidad.