viernes, 21 de agosto de 2015

Reseña de la novela: El olor de los ausente.


Escrita por mi amigo Jesús Rodriguez Patiño, amante y conocedor de la buena literatura. Gracias por tus palabras. 



Cuando Inma Vinuesa me anticipó el título de su nuevo libro, “El olor de los ausentes”, sonó evocador e intenso…, pero muy arriesgado. El olfato es el sentido de los recuerdos y las advertencias, la ausencia es confirmación de pasiones pasadas y futuras. Inma empezaba apostando. Un título atrevido, generador de expectativas al lector. Si la novela no está a la altura, el titulo puede caer en lo pretencioso. Pero la autora apostaba sobre seguro. Sabía que había escrito literatura de la buena: historia, personajes, técnicas narrativas, muchas horas de trabajo, …, podía titular como quisiera, desde la certeza de que el contenido superaba las expectativas que cualquier título pueda generar.  
Cuanto tuve el libro en las manos me gustó la apariencia. El fondo negro con el recuadro gráfico me evocó los clásicos de Cátedra que leíamos en el colegio. Buen comienzo. Con la chica de la foto en portada, la autora nos lanza el primer mensaje de que nos encontraremos ante la historia de una mujer. Segundo punto a su favor. Lo siento señores, el alma femenina es más intensa, compleja e interesante que la nuestra, por lo que me agradó encontrar una protagonista. Inma Vinuesa terminó de convencerme al presentar una novela breve. Los escritores en sus primeras publicaciones tienden a textos largos, donde aprovechan para contar al mundo, y a si mismos, todo lo acumulado en los años de aprendizaje. El escritor tiene la obligación de recortar. Puede, y debe, escribir miles de páginas y dedicar cientos de horas, es su trabajo, pero al lector debe ofrecer únicamente la esencia, extraer hasta la última brizna de paja dejando a los demás tan sólo el grano. Inma Vinuesa nos está presentando una historia en formato breve e intenso, jugando con la metáfora de que el propio libro es un perfume que contiene el “olor de los ausentes”, sin necesidad de entregarnos una colonia de litro.
“El olor de los ausentes” es una novela atrevida y difícil. Intensa. Novela de pasiones. ¿Es una novela de amor? La pasión del amor está presente (Alma-Juan padre, Rosa-Juan hijo) pero no la he vivido como una novela de amor. ¿Es una novela de búsqueda personal? Todos los personajes permanecen en búsqueda constante pero tampoco la definiría como una novela de búsqueda. ¿Es novela de lo que pudo ser y no fue? También, pero tampoco. ¿Entonces? Creo que es una novela de soledades. Los hilos conductores son el amor, la búsqueda, los encuentros y desencuentros, pero el destino es la soledad, los silencios, las ausencias. Todos los personajes, incluso la esposa-madre de los Arteaga, viven encerrados en una profunda y perpetua soledad, “…a mis soledades voy, de mis soledades vengo…”
Lo más sugerente de la novela es que Inma Vinuesa nos muestra estas pasiones por medio de un instinto: el olfato. Consigue que los olores impregnen toda la novela. No sólo los escenarios, los personajes huelen. Las imágenes que plasma en su libro son más olfativas que visuales.
¿Y cómo lo consigue? Es aquí donde Inma Vinuesa nos muestra el camino. La conjunción de la sensibilidad de la autora con un extenso conocimiento y aplicación de técnicas literarias, unido a las horas de trabajo que sean necesarias hasta alcanzar un excelente resultado.
 “El olor de los ausentes” no se ha escrito desde la sensibilidad del corazón. Inma Vinuesa lo ha escrito desde la sensibilidad que nace en las tripas, donde habitan las pasiones profundas, las que cuesta sacar, las intensas, las verdaderas. Y lo consigue y lo plasma en su obra removiendo a su vez al lector al que en ningún momento permite comodidad o indiferencia ante la historia y sus personajes. La relación entre la autora y sus lectores es necesariamente apasionada.
La novela es un derroche de técnica y recursos literarios. Desconozco si el escritor nace, se hace o ambas cosas. Lo que sí sé después de leer “El olor de los ausentes” es que Inma Vinuesa es una escritora que conoce y maneja inteligentemente las técnicas de su profesión. Desde las más complejas (ha conseguido otorgar un ritmo perfecto a la historia, hacía tiempo que no leía una novela de una sentada) a los recursos más sencillos (como dar a los protagonistas los nombres de Alma, Rosa o Juan que invitan a “olerlos”), están presentes en todas las páginas del libro.
La sorpresa de los dos finales tendrá sus partidarios y detractores. Intuyo que la historia y la autora deseaban un final negro. Pero por nuestra educación Walt Disney la mayoría de los lectores preferirían un final rosa. ¿Qué debe prevalecer: la propia historia, lo que el autor quiere trasladarnos o lo que el lector desea leer? Para resolver esta encrucijada Inma Vinuesa opta por una alternativa muy inteligente: deja al libre albedrío del lector un final u otro, o incluso ambos o un tercero imaginado por el propio lector. Con ello consigue que la historia no muera en el punto y final del texto impreso, permaneciendo viva en los lectores por el necesario planteamiento personal sobre los posibles y diferentes finales. Gran recurso. La novela sigue viva, no termina en su lectura, generando dudas o convicciones más allá del propio texto escrito.
Por último no cabe duda de que es un libro muy trabajado. Es una novela hecha con oficio y mucho respeto hacia el lector, cuidando los detalles con mimo. Es indudable que hay mucho talento pero también hay mucha constancia. Se nota que Inma Vinuesa ha dedicado infinidad de horas a esta novela.  
Querida amiga Inma, una vez más nos muestras que eres una excelente escritora. No pares nunca de escribir y no tardes en enriquecernos con un nuevo libro. Gracias.      

domingo, 9 de agosto de 2015

Todas las personas que mueren de amor



Tenía pendiente una reseña de la última novela de Víctor Álamo de la Rosa: Todas las personas que mueren de amor.
Era de recibo hacerlo, no solo porque Víctor es uno de mis escritores de cabecera, sino porque en este libro he descubierto a un Víctor diferente, un Víctor que me ha sorprendido más si cabe, un Víctor que para mí, si ya estaba consagrado como uno de los mejores escritores del siglo XXI, ahora es que no me cabe ni la más mínima duda.

                                                      


Algunos me pueden decir que la historia no es gran cosa, que es posible que esperaran más de ella y de un título tan sugerente, que parece que la trama de esta novela pase como una brisa ligera, hasta desapercibida para algunos, y no como un huracán, como nos tiene él acostumbrados.
Sí, quizás. Pero si nos gusta la literatura y conocemos la trayectoria de Víctor nos daremos cuenta que, Todas las personas que mueren de amor, es una genialidad literaria. Porque yo, personalmente, me quedo con todo lo literario que hay en estas 168 páginas.
Si abrimos un poco los ojos y vemos más allá de la mera historia, nos daremos cuenta todo lo que encierra esta novela, todas las herramientas que Víctor con su maestría ha sabido encajar en cada una de estas páginas, como el que no quiere la cosa, así disimulado. Diciéndonos, aquí va esto a ver si eres capaz de darte cuenta, a ver si eres capaz de saber cuanto de Víctor y de su sabiduría hay metido y medido en cada uno de los capítulos. Porque en esta novela Víctor Álamo de la Rosa ha conseguido que la estructura también hable, utilizando capítulos desordenados en tamaño y forma, sin numerar ni separar. También ha desordenado el tiempo para jugar con los lectores al escondite y que no te aburras en uno solo de sus párrafos y adivines cuando habla del pasado, cuando del presente, cuanto hay de imaginación y cuanto de realidad. Ha metido monólogos interiores como parte de la propia configuración del personaje. Es capaz hasta de cambiar la voz narrativa sin avisarte, sin que te chirríe, todo lo contrario. Ha conseguido que esas voces formen parte de una conversación entre personajes y lector, nos ha metido en su novela, y nos habla e incluso nos deja responder a sus preguntas. Víctor ha metido escenarios fantasmas en una realidad personal dura, sin tapujos, reflexionando sobre temas que todos en alguna ocasión nos hemos planteado, sobre todo tratándose de salud. Y con ello quiero decir que es capaz de meterse dentro de cada uno a través de las dudas y reflexiones de su personaje, es capaz de hacer sencillo lo más complicado del ser humano, el mundo interior.
Víctor Álamo de la Rosa es original y atrevido en la escritura, y eso solo lo puede hacer aquel escritor que tiene un sillón privilegiado dentro de este arte, eso solo lo puede hacer el que sabe, al que no le da miedo nada, porque nada le coge por sorpresa.
Deciros que: Todas las personas que mueren de amor, es una novela para disfrutar en una sobremesa, o por la noche cuando todo está en silencio, tranquilos, sin que os importe el paso del tiempo. Que es una novela de las que hay que releer, para perderse en ella, y poder analizar los mil y un detalles de su maestría, para poder disfrutarla en su plenitud.
Y, como colofón, un final sorprendente, que ha sido capaz de contarnos desde el principio de la novela sin que nos demos cuenta. ¿Cómo se puede haber tanta magia en tan poco espacio? Pregúntenselo al escritor. Hablen con el maestro.
Enhorabuena Víctor.

sábado, 8 de agosto de 2015

Por fin



El 8 de Septiembre a las 20:00 horas en el Colegio de peritos e ingenieros técnicos de Cádiz presentación de la novela:

El olor de los ausentes


Os espero allí con muchas sorpresas.