Escrita por mi amigo Jesús Rodriguez Patiño, amante y conocedor de la buena literatura. Gracias por tus palabras.
Cuando Inma Vinuesa me anticipó el título de su
nuevo libro, “El olor de los ausentes”, sonó evocador e intenso…, pero muy
arriesgado. El olfato es el sentido de los recuerdos y las advertencias, la
ausencia es confirmación de pasiones pasadas y futuras. Inma empezaba
apostando. Un título atrevido, generador de expectativas al lector. Si la
novela no está a la altura, el titulo puede caer en lo pretencioso. Pero la
autora apostaba sobre seguro. Sabía que había escrito literatura de la buena:
historia, personajes, técnicas narrativas, muchas horas de trabajo, …, podía
titular como quisiera, desde la certeza de que el contenido superaba las
expectativas que cualquier título pueda generar.
Cuanto tuve el libro en
las manos me gustó la apariencia. El fondo negro con el recuadro gráfico me
evocó los clásicos de Cátedra que leíamos en el colegio. Buen comienzo. Con la
chica de la foto en portada, la autora nos lanza el primer mensaje de que nos
encontraremos ante la historia de una mujer. Segundo punto a su favor. Lo
siento señores, el alma femenina es más intensa, compleja e interesante que la
nuestra, por lo que me agradó encontrar una protagonista. Inma Vinuesa terminó
de convencerme al presentar una novela breve. Los escritores en sus primeras
publicaciones tienden a textos largos, donde aprovechan para contar al mundo, y
a si mismos, todo lo acumulado en los años de aprendizaje. El escritor tiene la
obligación de recortar. Puede, y debe, escribir miles de páginas y dedicar
cientos de horas, es su trabajo, pero al lector debe ofrecer únicamente la
esencia, extraer hasta la última brizna de paja dejando a los demás tan sólo el
grano. Inma Vinuesa nos está presentando una historia en formato breve e
intenso, jugando con la metáfora de que el propio libro es un perfume que
contiene el “olor de los ausentes”, sin necesidad de entregarnos una colonia de
litro.
“El olor de los ausentes”
es una novela atrevida y difícil. Intensa. Novela de pasiones. ¿Es una novela
de amor? La pasión del amor está presente (Alma-Juan padre, Rosa-Juan hijo)
pero no la he vivido como una novela de amor. ¿Es una novela de búsqueda
personal? Todos los personajes permanecen en búsqueda constante pero tampoco la
definiría como una novela de búsqueda. ¿Es novela de lo que pudo ser y no fue?
También, pero tampoco. ¿Entonces? Creo que es una novela de soledades. Los
hilos conductores son el amor, la búsqueda, los encuentros y desencuentros,
pero el destino es la soledad, los silencios, las ausencias. Todos los
personajes, incluso la esposa-madre de los Arteaga, viven encerrados en una
profunda y perpetua soledad, “…a mis soledades voy, de mis soledades
vengo…”
Lo más sugerente de la
novela es que Inma Vinuesa nos muestra estas pasiones por medio de un instinto:
el olfato. Consigue que los olores impregnen toda la novela. No sólo los
escenarios, los personajes huelen. Las imágenes que plasma en su libro son más
olfativas que visuales.
¿Y cómo lo consigue? Es
aquí donde Inma Vinuesa nos muestra el camino. La conjunción de la sensibilidad
de la autora con un extenso conocimiento y aplicación de técnicas literarias,
unido a las horas de trabajo que sean necesarias hasta alcanzar un excelente
resultado.
“El olor de los
ausentes” no se ha escrito desde la sensibilidad del corazón. Inma Vinuesa lo
ha escrito desde la sensibilidad que nace en las tripas, donde habitan las
pasiones profundas, las que cuesta sacar, las intensas, las verdaderas. Y lo
consigue y lo plasma en su obra removiendo a su vez al lector al que en ningún
momento permite comodidad o indiferencia ante la historia y sus personajes. La
relación entre la autora y sus lectores es necesariamente apasionada.
La novela es un derroche
de técnica y recursos literarios. Desconozco si el escritor nace, se hace o
ambas cosas. Lo que sí sé después de leer “El olor de los ausentes” es que Inma
Vinuesa es una escritora que conoce y maneja inteligentemente las técnicas de
su profesión. Desde las más complejas (ha conseguido otorgar un ritmo perfecto
a la historia, hacía tiempo que no leía una novela de una sentada) a los
recursos más sencillos (como dar a los protagonistas los nombres de Alma, Rosa
o Juan que invitan a “olerlos”), están presentes en todas las páginas del
libro.
La sorpresa de los dos
finales tendrá sus partidarios y detractores. Intuyo que la historia y la
autora deseaban un final negro. Pero por nuestra educación Walt Disney la
mayoría de los lectores preferirían un final rosa. ¿Qué debe prevalecer:
la propia historia, lo que el autor quiere trasladarnos o lo que el lector
desea leer? Para resolver esta encrucijada Inma Vinuesa opta por una
alternativa muy inteligente: deja al libre albedrío del lector un final u otro,
o incluso ambos o un tercero imaginado por el propio lector. Con ello consigue
que la historia no muera en el punto y final del texto impreso, permaneciendo
viva en los lectores por el necesario planteamiento personal sobre los posibles
y diferentes finales. Gran recurso. La novela sigue viva, no termina en su
lectura, generando dudas o convicciones más allá del propio texto escrito.
Por último no cabe duda
de que es un libro muy trabajado. Es una novela hecha con oficio y mucho
respeto hacia el lector, cuidando los detalles con mimo. Es indudable que hay
mucho talento pero también hay mucha constancia. Se nota que Inma Vinuesa ha
dedicado infinidad de horas a esta novela.
Querida amiga Inma, una
vez más nos muestras que eres una excelente escritora. No pares nunca de
escribir y no tardes en enriquecernos con un nuevo libro. Gracias.