Os dejo la primera página de la novela, para abrir boca.
El olor de los ausentes
Novela
Inma Vinuesa
Capítulo I
Su vientre explotaría, seguro que iba a explotar de un momento a otro.
El dolor era tan pero tan fuerte que solo quería desaparecer, esfumarse en un
golpe de magia y posarse sobre una nube, blanda, y volar hacia otro planeta
donde no existieran estos agudos pinchazos de dolor ni este reguero torturante
de sanguinolencias.
Pero permaneció allí, despatarrada, tirada
en el suelo sucio del cuarto de baño, retorcida, envuelta en unas sangres cada
vez más abundantes. No encontraba alivio. Se estaba partiendo en dos y los oleajes
del dolor batían cada vez con más fuerza, astillándola. Respiró hondo y reunió
ánimos para estirarse y alcanzar la ginebra. Siempre tenía una botella cerca.
La destapó y empezó a lamer el chorro que caía sin control por el temblor de su
brazo. Se pudo incorporar con dificultad, serpenteando por la pared del
dormitorio. El alcohol me dará energía, pensó, engañándose, como siempre hacen
quienes ponen sus esperanzas en la botella. Pero se volvió a caer, deslizándose
pesadamente entre la cama y la puerta. No puedo más. No puedo más. Beber era lo
único que le mitigaba el dolor, y no dejó de tragar hasta que las fuerzas se le
fueron escurriendo poco a poco con la hemorragia del parto.
Las
contracciones no la dejaban respirar, pero ese olor, su olor, seguía allí,
adherido a las paredes de la habitación, impregnándolo todo, como el primer
día. Por eso, si el bebé fuera niña, no podría llamarse de otra manera: no
había otro nombre posible. Desde que se acostó con él, todo olía a rosas. Rosas.
Rosas. Quizás porque cada vez que se rozaba la abultada barriga, la imagen de
su dedo perfilando la rosa tatuada en su espalda se volvía nítida y las aletas
de la nariz se le abrían igual que si oliera una flor recién cortada del jardín.
O quizás por culpa de esas sensaciones que se le quedaron incrustadas en su
memoria, y que hicieron de él un hombre inolvidable aunque ausente.
Increíble Inma! Qué fuerza, qué plasticidad! Me sobrecoge. Me encanta. Enhorabuena!!!
ResponderEliminarGracias Belén espero tenerte como lectora prontito.
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