miércoles, 20 de mayo de 2015

Un aperitivo

Os dejo la primera página de la novela, para abrir boca.

El olor de los ausentes
Novela
Inma Vinuesa




Capítulo I




Su vientre explotaría, seguro que iba a explotar de un momento a otro. El dolor era tan pero tan fuerte que solo quería desaparecer, esfumarse en un golpe de magia y posarse sobre una nube, blanda, y volar hacia otro planeta donde no existieran estos agudos pinchazos de dolor ni este reguero torturante de sanguinolencias.
Pero permaneció allí, despatarrada, tirada en el suelo sucio del cuarto de baño, retorcida, envuelta en unas sangres cada vez más abundantes. No encontraba alivio. Se estaba partiendo en dos y los oleajes del dolor batían cada vez con más fuerza, astillándola. Respiró hondo y reunió ánimos para estirarse y alcanzar la ginebra. Siempre tenía una botella cerca. La destapó y empezó a lamer el chorro que caía sin control por el temblor de su brazo. Se pudo incorporar con dificultad, serpenteando por la pared del dormitorio. El alcohol me dará energía, pensó, engañándose, como siempre hacen quienes ponen sus esperanzas en la botella. Pero se volvió a caer, deslizándose pesadamente entre la cama y la puerta. No puedo más. No puedo más. Beber era lo único que le mitigaba el dolor, y no dejó de tragar hasta que las fuerzas se le fueron escurriendo poco a poco con la hemorragia del parto.
                Las contracciones no la dejaban respirar, pero ese olor, su olor, seguía allí, adherido a las paredes de la habitación, impregnándolo todo, como el primer día. Por eso, si el bebé fuera niña, no podría llamarse de otra manera: no había otro nombre posible. Desde que se acostó con él, todo olía a rosas. Rosas. Rosas. Quizás porque cada vez que se rozaba la abultada barriga, la imagen de su dedo perfilando la rosa tatuada en su espalda se volvía nítida y las aletas de la nariz se le abrían igual que si oliera una flor recién cortada del jardín. O quizás por culpa de esas sensaciones que se le quedaron incrustadas en su memoria, y que hicieron de él un hombre inolvidable aunque ausente.

2 comentarios:

  1. Increíble Inma! Qué fuerza, qué plasticidad! Me sobrecoge. Me encanta. Enhorabuena!!!

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  2. Gracias Belén espero tenerte como lectora prontito.

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