lunes, 14 de octubre de 2013

Zarcillo viudo


Disimular cada detalle.
¡Que no se dé cuenta nadie!
La intención, no perseguir un deseo acabado antes de comenzar.
¡Que me rozas la mano! Yo aprieto para retener el gusto.
¡Que agachas las ganas en una mirada hueca! Yo la lleno con sueños callados.
Mensajes sordos en horas rápidas, quizás el día se pierda sin verte, quizás rompas un silencio lleno de mensajes salvados con elegancia.
Me toco la oreja y jugueteo con mi pendiente, el de piedras de jade, el que destapa el rostro de una cita buscada.
Y me aferro a su tacto, lo saco, lo manoseo, por entretenerme con algo, por disimular los nervios de no dejar una huella, una duda, un aliento.
Te despides.
Se cae y te pierdes, quedando mi zarcillo viudo.

4 comentarios:

  1. Muy bonito, y ademas es verdad. Son sentimientos que creo todos hemos experimentado.

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  2. Hermosísimo, Inma. Sentimientos a flor de piel, mezclados con la imagen del zarcillo viudo. me ha encantado.
    Besos, dos.

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  3. No sabéis el gusto que me da veros por los textos y que los comentéis sabiendo que son viejos conocidos vuestros Isolda y Amando. Gracias.
    Muchisimas gracias Maria Paz, eres genial.

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