Una luz diferente;
Tener sapos en la garganta;
Llorar arena;
Respirar espuma;
Aumentar las pulsaciones;
Reír hasta dolerte la mandíbula... La mía desde que he abierto los ojos: -La vida corre demasiado deprisa.
Creo que la vida intensa, llena, esa que te da vértigo y no significa necesariamente felicidad, es la que nos pellizca la piel para recordarnos que estamos vivos. ¡Vale, vale, ya lo sé! Así y todo, prefiero esa a la de sentir el bostezo entre paredes sin saber donde está la puerta.
Creo que la vida intensa, llena, esa que te da vértigo y no significa necesariamente felicidad, es la que nos pellizca la piel para recordarnos que estamos vivos. ¡Vale, vale, ya lo sé! Así y todo, prefiero esa a la de sentir el bostezo entre paredes sin saber donde está la puerta.
ResponderEliminarDios Marcos, ese bostezo entre paredes sin saber donde está la puerta es una sensación muy dura e intensa.
ResponderEliminarGracias por compartirla.
Reír, reír y reír hasta dolerte la mandíbula...
ResponderEliminarUn abrazo
Pero por suerte eres incansable.
ResponderEliminarComparto tu risa Aniagua, y Amando sabes que eres uno de mis mayores ejemplos a seguir. Gracias a los dos.
ResponderEliminarY todas esas sensaciones, las captas con exquisita sensibilidad.
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